El PCE-EPK recuerda a los fusilados en Pikoketa un 11 de Agosto de 1936.

El PCE-EPK recuerda a los fusilados en Pikoketa un 11 de Agosto de 1936.

Como cada año, en el aniversario del fusilamiento de los milicianos republicanos en Pikoketa, ocurrido el 11 de agosto de 1936, el Partido Comunista de Euskadi, PCE-EPK, ha celebrado un acto en su honor.

El acto ha consistido en una doble ofrenda floral, una en el panteón del cementerio de Irún, donde reposan los restos de los asesinados que fueron trasladados allí en 1978, en una de la primeras fosas del franquismo que se exhumaron en el país; y otro en el propio lugar del crimen, junto al monolito que se colocó en el sitio donde se encontró la fosa en la que fueron arrojados tras ser fusilados contra la tapia del viejo caserío de Pikoketa.

Al acto acudieron representantes de la izquierda irunesa y guipuzcoana, como Jon Hernández, secretario general del PCE-EPK y parlamentario vasco en Vitoria por Elkarrekin Podemos, Haizea Garay, concejala de Ezker-Anitza-IU de Donostia, y los concejales de Irún, Santi Jiménez de Ezker Anitza-IU, y David Nuño de Podemos, así como una nutrida representación de la juventud comunista, organización de la que eran miembros la mayor parte de los fusilados.

En Pikoketa tomó la palabra Miguel Usabiaga, como familiar de Bernardo Usabiaga, uno de los asesinados, e hijo de Marcelo, su hermano, el veterano republicano y antifascista. Saludó en nombre de los familiares la iniciativa. Contó que, pese a que en la placa hay 13 nombres de asesinados, a tenor de sus investigaciones, fueron 18 los fusilados. Aunque nunca se sabrá quiénes eran los otros, pues en esos días en Irún había muchos combatientes de fuera, ferroviarios madrileños, mineros asturianos, internacionalistas, y nadie, ni sus familias, sabían dónde estaban. Animó a que nunca decaiga la convocatoria, para que Pikoketa se convierta en un símbolo de nuestra memoria de lucha, igual que la izquierda berlinesa recuerda cada 15 de enero los asesinatos de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Dijo que estarían allí igualmente si el fascismo hubiese asesinado a cualquier ser humano, pero que además los fusilados eran militantes comunistas, que luchaban por otro mundo mejor. Un mundo no realizado y que está en deuda, que nos convoca. Por eso el pasado no está muerto, sino que contiene los sueños no realizados, que siguen vigentes, que nos animan a seguir su camino.

Finalmente, tras su intervención, los asistentes cantaron La Internacional.

 

 

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