En verano lucha contra la precariedad laboral. Prekarietateak ez du oporrik hartzen.

En verano lucha contra la precariedad laboral. Prekarietateak ez du oporrik hartzen.

El PCE-EPK realizará durante este verano una campaña informativa y de denuncia sobre la precariedad en el mundo del trabajo poniendo el acento de manera especial en el sector servicios,  en los sectores de hostelería, restauración y otros sectores que aumentan su contratación durante el periodo veraniego y vacacional.  

Se trata de sectores en general muy precarizados y donde abunda el fraude tanto en materia de seguridad social como en materia de seguridad y salud laboral.  

Es preciso organizarse más y mejor para dar respuesta al conflicto laboral existente, seguir avanzando en el trabajo por la derogación no sólo de la última reforma laboral, sino de construcción de un nuevo marco de relaciones laborales para nuestro país, caracterizado por la lucha real y efectiva contra la precariedad, la regulación de los procesos de producción, la lucha contra el fraude en la contratación, en las jornadas de trabajo; por un nuevo modelo de representación sindical en las empresas que no deje fuera a las microempresas, inmensa mayoría del tejido empresarial y el blindaje de un sistema de negociación colectiva que vuelva a poner el foco en el convenio de Sector por encima de los acuerdos de empresa, como forma de dar cobertura al conjunto de la clase trabajadora, independientemente de su fortaleza o debilidad frente a la empresa. La precarización laboral forma parte de la precarización económica, política y social a la que nos quiere condenar este régimen y contra la que todas las organizaciones de clase estamos llamadas a luchar y construir otro modelo. Por la sororidad y la solidaridad de clase. 


 

No ignoramos que el cambio de gobierno central ha supuesto un punto de inflexión para las posibilidades de negociación colectiva, tan dañadas en los últimos años por las políticas del Partido Popular y sus aliados. Creemos en la negociación colectiva como herramienta de la clase trabajadora en la defensa y conquista de sus derechos, con el claro propósito de ser sujeto consciente y organizado para llevar adelante los cambios políticos que demanda nuestro país. 

El contenido de las medidas reflejadas en dicho acuerdo suponen una expectativa de mejora del salario, una expectativa de desbloquear la negociación de numerosos convenios colectivos actualmente bloqueados, la ultra actividad de los mismos durante la negociación, reformas sobre la subcontratación y los derechos laborales perdidos, una expectativa para los contratos de relevo y el mantenimiento de empleo, y asimismo, se apunta la voluntad de poner en marcha medidas que favorezcan la igualdad y la no discriminación por razones de género, así como el reconocimiento de la necesidad de intervenir sobre el marco de externalización y desestructuración de la producción que conlleva la precarización de amplias capas de la clase trabajadora y la «puerta de atrás» por la que dinamitar el marco de aplicación de los convenios colectivos y propiciar la debilidad de las organizaciones de clase y, por tanto, la debilidad del conjunto de la clase obrera en la negociación. 

El PCE entiende este acuerdo como una expectativa de avance que afecta al conjunto de la negociación colectiva y a millones de trabajadoras y trabajadores sujetos a convenios colectivos actualmente bloqueados. Pero nos reafirmamos en la necesidad imperiosa de, por un lado, asegurar los mecanismos de cumplimiento de lo pactado (no podemos obviar el sistemático incumplimiento de los ya de por sí recortados derechos de las y los trabajadores) y el necesario fortalecimiento de la clase obrera y de sus organizaciones sindicales, sociales y políticas; el conflicto laboral existe y se ha multiplicado y su gran exponente en este momento es la precarización de las relaciones laborales y la constante pérdida de derechos y garantías, tanto individuales como colectivas; la expulsión de una buena parte de la clase obrera de dicho marco (autónomos “falsos”, desempleados, jóvenes “en formación”, empleadas del hogar y los cuidados y un largo etcétera) y la consiguiente pérdida de derechos laborales y condiciones dignas de empleo, y por tanto, de vida, prioridad que debe situarse de forma protagónica en la agenda de los sindicatos, organizaciones sociales y políticas. 

Recordamos que este IV AENC apenas afecta al 50% de las trabajadoras y trabajadores de este país y que debido a la desregulación laboral, las reformas laborales y la precarización, ese otro 50% al que no les afecta los avances acordados debe ser una prioridad para las organizaciones de clase o irá en aumento.

Es preciso organizarse más y mejor para dar respuesta al conflicto laboral existente, seguir avanzando en el trabajo por la derogación no sólo de la última reforma laboral, sino de construcción de un nuevo marco de relaciones laborales para nuestro país, caracterizado por la lucha real y efectiva contra la precariedad, la regulación de los procesos de producción, la lucha contra el fraude en la contratación, en las jornadas de trabajo; por un nuevo modelo de representación sindical en las empresas que no deje fuera a las microempresas, inmensa mayoría del tejido empresarial y el blindaje de un sistema de negociación colectiva que vuelva a poner el foco en el convenio de Sector por encima de los acuerdos de empresa, como forma de dar cobertura al conjunto de la clase trabajadora, independientemente de su fortaleza o debilidad frente a la empresa. La precarización laboral forma parte de la precarización económica, política y social a la que nos quiere condenar este régimen y contra la que todas las organizaciones de clase estamos llamadas a luchar y construir otro modelo. Por la sororidad y la solidaridad de clase. 

PCE-EPK

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